Antes de pensar que cualquier
persona que conoce bien una lengua extranjera pueda ser un traductor hay que entender lo
que implica traducir.
· Traducir no es una tarea mecánica: muchos podrían pensar eso a la hora de usar un traductor automático.
Es cierto que hay que aplicar unas reglas gramaticales y unos códigos
lingüísticos, pero traducir no es trabajo regulado y mecánico. ¡Es un arte!
· Inicialmente se trata de comprender el significado y el objetivo de un
texto en su idioma original y en un segundo momento producir un texto con un significado y un objetivo equivalente
en otro idioma. Este proceso implica que la traducción en muchas ocasiones no es
literal, porque se eligen las expresiones y las palabras que creemos son
adecuadas para expresar la misma idea en el idioma meta.
·
La traducción es un proceso abierto y creativo, sin embargo con un
margen de libertad limitado donde se necesita tener mucho respeto hacia el
texto origen. Nuestro trabajo no es crear una personal interpretación o agregar
detalles que no existen en el texto original, porque creemos que el texto puede
ser mejor de esta forma.
·
Un traductor no trabaja bajo el concepto de inspiración, el trabajo
del traductor requiere de mucha disciplina, constancia y dedicación. Aunque sea
un trabajo creativo en ciertos aspectos no podemos olvidarnos que existen fechas
de entregas que es básico respetar para nuestro clientes.
·
Otro
punto esencial en el trabajo de traducción es la revisión. En la gran mayoría
de los casos este proceso es más largo que el proceso de traducción. En algunos
casos para esta última etapa va a ser necesaria la asesoría de un corrector de
estilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario